Eran a penas las 5 de la tarde y ya inciaban como siempre, a cobrar excesivas cuotas... esta vez fueron Q2.oo... ¿qué seguirá después? Q5.00 me imagino.
Pensé: "hoy no quiero discutir... pagaré los dos "pesos""
iba decidida cuando, recapacité (o me invadió la rebeldía que es lo más probable), y guardé el otro quetzal... subí al bus y le dí sólo lo que pensé que era necesario para que me transportara a mi casa...
Él dijo: - son dos varas...
Contesté: - sólo una tengo... - y seguí mi camino por el pasillo...
Él no se contuvo y escuché: - ¡qué pobreza!
Al final me dio risa, hoy no contesté como suelo hacerlo cuando me suben la cuota: